8 Claves para que el contenido de tu Laboratorio conecte con el profesional sanitario sin sonar a folleto técnico.

(Porque comunicar ciencia no es copiar el vademécum)

El profesional sanitario no necesita más información. Necesita mejores razones para prestarte atención.
Está saturado de estudios, emails, visitas, congresos y publicaciones.
Y tú quieres que le llegue tu mensaje. Que te recuerde. Que te valore.

¿La solución? Crear contenido que comunique ciencia… pero que también emocione, inspire y facilite su día a día.
Y para eso, necesitas dejar de sonar a “marca que quiere venderle algo” y empezar a sonar a “marca que le entiende”.

Aquí tienes 8 claves para lograrlo (y no morir en el intento).

Elige bien a quién hablas (y qué le importa)

 

No todos los médicos son iguales.
No es lo mismo un oncólogo hospitalario que un farmacéutico de barrio.
Tu contenido tiene que responder a sus necesidades reales, no a lo que tú crees que necesita.

 

Haz esto en su lugar:
Segmenta por especialidad, entorno asistencial, tipo de paciente o rol en la toma de decisiones. Personaliza el mensaje.

 

No expliques todo. Aporta algo que recuerde.

Demasiadas marcas farma quieren demostrar que lo saben todo… y al final no dicen nada.
El contenido útil no lo cuenta todo. Cuenta lo necesario, en el momento justo y en el tono adecuado.

Haz esto en su lugar:
Céntrate en microcontenidos de alto valor: una píldora formativa, un resumen visual, una guía rápida, un gráfico bien armado.

Cuenta ciencia… pero con lenguaje humano

Puedes mantener el rigor sin sonar a paper de PubMed.
El exceso de tecnicismo crea distancia. La claridad genera confianza.

 

Haz esto en su lugar:
Trabaja con redactores especializados en salud y ciencia.
Y siempre pasa el filtro: ¿lo entendería alguien en un congreso, en una guardia, en un café?

 

Usa formatos que entren por los ojos y por el dedo

El profesional sanitario está en su móvil, en su inbox, en su WhatsApp.
Si tu contenido no es scrolleable, visual y adaptado al canal… no lo verá.

Haz esto en su lugar:
Microvídeos, infografías, carruseles, emails interactivos, pódcast de 3 minutos. La forma importa tanto como el fondo.

Sé oportuno. No invasivo.

No se trata de enviar más.
Se trata de aparecer cuando toca, con lo que aporta, en el canal correcto.
El tiempo del sanitario es oro. No lo malgastes.

Haz esto en su lugar:
Activa flujos automatizados con contenido según especialidad, momento del funnel o interés previo. Y mide aperturas reales.

Humaniza tu contenido con personas, no con logos

¿Sabes qué genera más conexión que un dato clínico?
 Ver a otro profesional explicándolo. Con su voz. Con sus palabras.

Haz esto en su lugar:
Entrevistas breves a KOLs, testimonios reales, vídeos tipo “coffee talk” entre colegas. La ciencia también puede tener rostro.

Escribe como si tuvieras 30 segundos para convencer

Spoiler: los tienes.
El contenido denso, sin estructura, sin ritmo, sin llamada a la acción… no se lee. Se ignora.

Haz esto en su lugar:
Encabezados claros, párrafos cortos, mensajes clave destacados, CTA directo: “descargar guía”, “ver resumen”, “guardar recurso”.

Da un siguiente paso útil (no un PDF adjunto sin sentido)

Todo contenido debe cerrar con una acción.
Una guía. Un recurso práctico. Una formación. Un contacto. Una suscripción.
No dejes que acabe en un “ok, interesante”. Llévalo a algo más.

Haz esto en su lugar:
Diseña rutas de contenido. Que un vídeo lleve a un documento, que el documento lleve a una acción, que la acción lleve a conversión.

Si tu contenido no conecta, no sirve

El profesional sanitario no necesita más PDFs ni más emails.
Necesita que le hablen como a un colega, con respeto, con claridad y con intención de ayudar.

Y si lo haces bien, no solo se acordará de tu marca.
Querrá trabajar contigo. Repetirá. Confiará.

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